Hoy acompañamos a uno de nuestros abuelitos a su cita médica en el IREN. Al llegar a recogerlo, notamos que se sentía bastante mal por un fuerte dolor de cabeza, así que ya le habían dado paracetamol y fuimos con una de sus cuidadoras para poder monitorear su presión, que se elevaba por momentos debido al malestar.

Al llegar al hospital, nos organizamos: mientras el abuelito y la cuidadora iban al área de medicina oncológica, una voluntaria gestionaba el trámite del FUA para la consulta. En la sala de espera estaban celebrando el Día de la Madre, lo que ayudó a que nuestro abuelito se distrajera un poco con las actividades y juegos.

Sin embargo, seguía con náuseas y debilidad, y luego de pasar por triaje, finalmente fuimos atendidos por la doctora. Le entregamos los últimos resultados de laboratorio y, al evaluarlos, la médica determinó que el abuelito tiene anemia y está muy débil para recibir quimioterapia. Por ello, nos derivaron nuevamente a cirugía de abdomen para ver la posibilidad de una operación que retire el tumor. También nos recetaron medicamentos para aliviar los síntomas que le genera la enfermedad.

Antes de regresar, hicimos cola en admisión para agendar las próximas citas y nos acercamos al banco de sangre para conocer los pasos a seguir si llegara a necesitar una transfusión. Finalmente, volvimos juntos a la casa hogar.

Gracias a su apoyo, podemos estar presentes en cada paso de este camino. Su cariño y compromiso hacen una gran diferencia en la vida de nuestros abuelitos. 💛