Recogimos al abuelito temprano en la mañana, ya se encontraba listo y animado. Nos acompañó otra de las cuidadoras para apoyar en su atención durante el traslado. En el camino, el abuelito se quedó dormido, aprovechando el viaje para descansar un poco.

Al llegar al centro médico, fuimos los primeros en ser atendidos, lo que nos permitió pasar rápidamente a consulta. El doctor revisó la evolución de sus ojos después de la operación, ya que queríamos confirmar si el dolor de cabeza que presentaba podía estar relacionado con eso.

Durante la evaluación, nos dio mucho gusto ver lo colaborativo que estuvo el abuelito. Ya sabía exactamente qué tenía que hacer frente a la máquina del oftalmólogo, lo que muestra su buen ánimo y adaptación al proceso. Afortunadamente, el doctor confirmó que sus ojos están sanando correctamente y que el dolor de cabeza no está vinculado a la cirugía.

Como posible causa, se mencionó un cuadro de anemia, lo cual estaremos evaluando en los próximos controles.

Finalmente, el abuelito se despidió con gratitud y una sonrisa, cerrando esta etapa acompañado y cuidado.